CURIOSIDADES DEL CENSO
El Censo de Buenos Aires de 1855, a pesar de ser una tarea seria y responsable, no dejó de tener aspectos curiosos y simpáticos. Detalles inesperados, comentarios personales de los censistas, a veces reveladores de su buen humor ante la tarea, o expresiones de la época que hoy resultan llamativas.
HACIENDO BUENA LETRA:
-En la época estaba muy de moda la buena caligrafía. Todo se escribía a mano; no se había inventado la máquina de escribir todavía, y tener una buena letra de estilo elegante era un "pro" para los empleados. (De ahí el refrán "hacer buena letra en el trabajo..."). y por entonces el papel era mucho más costoso que ahora, por lo que se usaban mucho las abreviaturas y las letras con estilo muy comprimido. Tener "buena letra" era, sin duda, relevante, pero... quién lo obligaba a este censista a hacer tamañas decoraciones en las planillas?:
A QUÉ SE PUEDE DEDICAR UN NIÑO?
-Los censistas tenían la obligación de poner de qué se ocupaba la gente, en qué trabajaban. Y cuando se trataba de un menor de edad, había que dejarlo en blanco, o poner: "sin ocupación", o "nada". Pero algunos iban más allá y ponían su toque de humor:
Y no se puede decir que no tenía razón: de qué se ocupa un niño sino de jugar?
En algunas investigaciones genealógicas posteriores, se encontró que la edad de algunas mujeres en el censo de Buenos Aires de 1855 estaba algo sub-valuada. En aquella época no existían documentos de identidad con fotos, como hoy, sino sólo las actas de bautismo, y éstas no eran, de hecho, requeridas por los censistas. Se confiaba en la información que los vecinos de la ciudad les daban. El promedio general de sub-valuación deliberada de la edad, sin embargo, es muy bajo, y en general, los niveles de respuesta a esta pregunta han sido bastante exactos. Por otra parte, se han encontrado casos de gente que no sabía realmente qué edad exacta tenía, y respondían, lo más honestamente posible, con el mejor dato que podían estimar. |
SOBRE RAZAS Y COLORES:
-Como un aspecto novedoso de este censo, no se clasificó a la gente por el color de su piel ni su raza. No está muy claro si la falta de esta información se debía a un pensamiento muy avanzado para su momento o a la intención de ocultar la presencia de un 35% o más de raza negra en la población de Buenos Aires. Algunos censistas se sorprendieron muchísimo de que no se pidieran esos datos, les pareció una omisión desafortunada, (uno hasta lo comenta al pie de su recuento final), y varios de ellos los agregaron por sí mismos:
En 1855 el grupo étnico negro gozaba de mayor autonomía y movilidad social que en décadas anteriores. Desde la época de Rosas tenían sociedades, organizadas por naciones (Congo, Mozambique, Angola, etc.) y hasta dos periódicos propios: "La Broma" y "La Juventud". Todavía había negros esclavos y negros libres. La esclavitud se aboliría en 1860. Entre los libres, había una clase media de negros que tenían negocios propios. Pero era un hecho que los liberales, como Esteban Echeverría y los unitarios porteños querían una sociedad íntegramente blanca, preferiblemente del tipo europea del norte y trabajadora. Y había una tendencia a la negación de la presencia de negros en la sociedad, pues incluso se los llamaba, muchas veces, eufemísticamente, "trigueños", o "morenos", como se puede ver en la planilla censal a la izquierda. Entre los negros, las mujeres ya superaban mucho en número a los hombres, pues eran preferidas por la mayor cantidad de tareas domésticas que podían hacer. Desde la época de la colonia las esclavas negras se compraban a mayor precio que los hombres, y eran más solicitadas. Los hombres negros se destinaban, en su mayoría, a servir como soldados en las guerras, por lo que su número decrecía con el paso del tiempo. Las negras libres continuaban con los mismos oficios que tenían de esclavas: lavanderas, cocineras, empleadas domésticas, amas de leche, etc., pero podían hacer su vida familiar aparte, en sus hogares y recibían jornales por su trabajo. Ante la llegada en 1855 de una gran cantidad de inmigración blanca europea, el concepto de "etnia" se vuelve más presente. Pero la sociedad porteña se dividía entre quienes favorecían la idea de la integración social y los que promovían la estricta discriminación. Estos últimos serían quienes impondrían su línea de pensamiento hasta fin del siglo, logrando una progresiva mestización que haría desaparecer a los negros casi por completo. En los censos de fin de siglo los negros no superan los 200 o 300 en toda la ciudad. |
Lavanderas en el Bajo del Río, Parque Lezama. (Autor desconocido, Colección Witcomb, AGN).
ESTADO CIVIL? RELIGIOSO!...
-Al censista que fue a hacer el censo de las Hermanas Clarisas Capuchinas le pareció una falta de elegancia poner "soltera" en la columna del estado civil. Y lo solucionó así:
Estado: "Religioso..."
QUÉ CLASE DE SOLDADOS ERAN ÉSTOS?:
-El ejército no estaba tan bien organizado como hoy, por cierto. Pero...soldados de esta edad?:
-En la hoja Nº 5 de la misma libreta censal (imágen Nº 14 de Barracas al Norte, Cuartel 1, en Family Search), entre los soldados del 1er. batallón de Infantería de Línea, encontramos uno con esta edad:
75 años y todavía en la lucha...(no se jubilaban nunca?...)
-Pero eso no sería nada; en el Cuartel de Artillería, con asiento en Plaza San Martín, podemos ver:
-O sea, tenemos un infante de línea de 10 años y un artillero de 79!.. Era un ejército para todos. Que este censo tiene curiosidades, no hay duda...
(Del censo militar realizado en los cuarteles de Infantería y en el Parque de Artillería de Plaza San Martín).
-DONDE ESTAN LOS INMIGRANTES POLACOS EN ESTE CENSO?
-No hay un solo inmigrante polaco en el censo. No emigraban a Buenos Aires? Por supuesto que sí. Pero la nacionalidad polaca no existía en esa época, ni existió hasta 1918. La Mancomunidad Polaco-Lituana fue borrada del mapa en 1795, y se repartieron su territorio Rusia, Prusia y Austria. En 1830 y 1848 hubo sublevaciones y revoluciones en lo que era la Polonia dominada por estas 3 potencias, lo que provocó una gran corriente inmigratoria, hacia, entre otros países, la Argentina. Esta situación de no-existencia de Polonia como país duraría hasta Noviembre de 1918. Por lo tanto, los polacos (que siempre conservaron su sentido nacional, su idioma, sus costumbres y su religión católica) entraban con pasaportes rusos, prusianos o austríacos. Polonia sólo existía en sus sentimientos.